Felices para siempre, la muerte sentimental

Puede que parezca un poco duro,pues que los cuentos de hadas que terminan con un "felices para siempre" nos parecen muy bonitos a una temprana edad, pero cuando crecemos nos damos cuenta de tal estupidez, la duda es, ¿nos parece irreal el "felices para siempre" o estúpido?

En la niñez vemos siempre cuentos que terminan con los protagonistas viviendo lo que ellos querían (el cual generalmente es casarse y comer un tipo de ave que debe estar en peligro de extinción en la fantasía) y nunca más vuelven a tener problemas, y todos esperamos tener una vida así de sencilla, con un éxito fácil y saber que no nos va a pasar nunca nada malo. Tarde o temprano llega el despertador que es la realidad y nos muestra que el mundo nunca es de esa manera; por lo que terminamos pensando que eran solo para reconfortarnos y que serían muy diferentes si se produjeran en nuestra sociedad, por ello se han hecho muy mediáticos dentro y fuera de Internet reinvenciones de estos cuentos acercándolos más a la realidad (como pueden ser varios vídeos virales o el comic Fables, del que sacaron recientemente un videojuego), porque queremos verlos mas cercanos a nosotros y creer que seguimos cerca de esos sueños infantiles.

Seguía este pensamiento hasta un momento en mi vida en que lo pensé mirando las historias como si fuera uno de esos protagonistas que tienen la vida resuelta (como la mayoría de monarquías reales, pero sin gente pidiendo la república y quejándose de que cazo elefantes y tengo amantes) y entonces me di cuenta de algo simple y a la vez lo más molesto y fundamental de nuestra existencia.

La vida de estos personajes sería completamente perfecta; perfectamente aburrida. Nunca tendrían ni la mayor desgracia, como un asalto, ni el más nimio problema; nunca se les rompería ni una sola copa. Y con ello muchos pensaríamos que estaríamos siempre con una sonrisa en la cara. Tal vez durante un tiempo lo estarían, pero después se iría yendo, como el rocío de la mañana, hasta dejarte una sensación de vacío que jamás podrías rellenar. Ese vacío es el propio sentirse feliz, ese sentimiento que te hace querer estar con esa persona abrazados hablando de temas sin importancia, querer estar con tus amigos haciendo el tonto; todo eso perdido porque no tendrías nada con lo que compararlo, pues al final te darías cuenta de que siempre estarás bien, estés con esas personas, haciendo aquello que te gusta o relajándote donde quieres. Con ello vas perdiendo esas emociones que nos convierten en personas y pronto seríamos lo más parecido a enfermos mentales. No le daríamos importancia a nada y terminaríamos buscando algo que nos llevara a sentir algo, finalizando con posibles asesinatos.

Queramos o no, la felicidad se siente porque hemos pasado la desgracia, nos sentimos reconfortados porque sabemos que no siempre podría ser así. Necesitamos el Yang que nos haga llorar para querer el Yin y abrazarlo. Sin lo malo no podemos apreciar lo bueno.
Cuando me di cuenta de esto solo pude sentir lastima por todos esos personajes de cuento que van hacia un final como el Titanic, hacia un iceberg frío y silencioso.

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